INVESTIGACION
A casi treinta años de uno de los crimenes mas estremecedores del siglo, la película de Oliver Stone JFK óestrenada en diciembre en los Estados Unidos y el mes pasado en la Argentina óha logrado volver a sembrar la duda en el pueblo norteamericano y en el mundo. Lee Harvey Oswald actuó solo o fue parte de una conspiración para asesinar al presidente do los Estados Unidos?
Una tercera posibilidad se ha sumado esta semana. Howard Donahue, un experto norteamericano en armanmentos, afirma que la bala que dio muerte a Kennedy fue disparada accidentalmente por un agente de la custodia presidencial (ver recuadro).
Quienes eran adultos en aquella época difícilmente hayan olvidado el momento en que escucharon la noticia del asesinato de John Fitsgerald Kennedy, el 22 de noviembre de 1963.
En Londres, el Big Ben dobló las campanas cada minuto por espacio de una hora, una costumbre reservada para las muertes de la familia real. En Berlin Occidental, 25.000 estudiantes realizaron una marcha de antorchas frente al edificio de la municipalidad.
En Hong Kong, los refugiados comunistas quemaron sus palillos perfumados ante sus ídolos, en memoria del hombre que había posibilitado a tantos de sus compatriotas el ingreso a los Estados Unidos. En el Zaire, Eduard Bulundwe, presidente de la entonces secesionista Katanga, digo: "El presidente Kennedy llevará el luto al más pequeño villorrio de nuestro país, por haber sido un hombre que quería a los negros y luchó ellos".
En cada, uno do los países donde está siendo proyectada, la película de Stone reaviva ahora recuerdos y dudas del pasado.
Una encuesta de la revista Time y la cadena televisiva CNN, dada a conocer el pasado 5 de enero, reveló que tres de cada cuatro norteamericanos no creen ahora en la versión oficial sobre el asesinato del Presidente Kennedy.
El sondeo mostró que el 72 por ciento de los entrevistados piensa que no se había dicho al pueblo la verdad sobre el asesinato. Casi el mismo número de personas, el 73 por ciente, opina que hubo una conspiración para matar al mandatario.
Entre los que opinan que hubo una conspiración, el 50 por ciento cree que la Agencia Central de Intelligencia (CIA) pudo haber estado involucrada, el 48 por ciento sindica a la mafia y el 34 por ciento cree que el gobierno cubano tuvo alguna participación.
CIA
El propósito de la tesis de Stone, apoyada en el libro de Jim Garrison - el fiscal de New Orleans que en 1967 inició el único juicio realizado por el asesinato de Kennedy - es demostrar que el presidente fue asesinado para impedir que fueran retiradas las fuerzas norteamericanas de Vietnam.
Nadie puede dicir lo que habría hecho el presidente Kennedy respecto de Vietnam. Pero hay pruebas de que habiendo observado el fracaso de las fuerzas francesas en 1951, derrotadas en toda la línea por el ejércto vietnamita, no tenía deseos de enviar al ejército norteamericano a ese mismo pantano.
Arthur Schlessinger Jr. un funcionario de la Casa Blanca durante el mandato de Kennedy, afirmó que el presidente estaba considerando la posibilidad de retirar las tropas después de las elecciones de 1964.
En julio de 1962, el presidente Kennedy, instuyó al secretario de Defensa, Robert Mac Namara, para que comenzara a planificar el retiro de los asesores norteamericanos. La fecha límite para romper el compromiso era fines de 1965.
La CIA no estaba de acuerdo con estos planes.
Mafia
Históricamente, también ha estado bajo sospecha la mafia del sur norteamericano, conducida por Carlos Marcello. Durante los meses anteriores al asesinato, Oswald y Jack Ruby - los dos principales implicados en el crimen - trabajaron junto a Marcello.
El líder mafioso enfrentaba entonces un proceso de deportación que muy probablemente hubiera significado la ruina de su imperio, basado en la droga y la prostitución.
Oswald trabajó también en 1963 con dos agentes de inteligencia, Gay Bannister Y David Ferrie, en la operación Mongoose, un plan para derribar el gobierno de Fidel Castro en Cuba. Kennedy habría conocido esta plan y expresado su oposición.
La mafia y la CIA habrían planificado entonces el asesinato, cada una para sus propios fines.
Warren
Sin embargo la versión oficial del crimen, elaborada por la comisión que presidió Earl Warren, afirma que Lee Harvey Oswald actuó solo y que no hubo conspiración.
El ex presidente Gerald Ford, el único sobreviviente de aquella comisión, ha expresado en varias oportunidades su total acuerdo con los resultados del informe y pieió que sean abiertos todos los archivos referidos al crimen.
Hace una semana la CIA expresó su decisión de hacer públicos los resultados de sus investigaciones. Pero nadie espera que los documentos que van a ser publicados arrojen demasiada luz sobre el caso.
Transcurridos casi treinta años sin que se produzc¸an novedades, han quedado solo dos alternativas: el asesinato de Kennedy fue la conspiración mejor planeada de la historia, o sencillamente la versión relatada por la comisión Warren - aunque cueste admitirlo - es toda la verdad.
Para quienes apoyan el informe Warren, las versiones sobre la conspiración terminan pareciendo la reacción de una sociedad que no se resigna a que Kennedy murió a manos de Oswald (un "loco suelto") y prefiere asumir el crimen como una gran "culpa colectiva" que incluye a la CIA, el FBI, la policía de Dallas, el gobierno...todos.
En 1981, apenas una cuestión de suerte impedió el asesinato del entonces presidente Ronald Reagan cuando John Hinckley disparó su arma contra el mandatario. Una bala explosiva se alojó en el pulmón de Reagan, muy cerca del corazón, pero no estalló.
øPor qué no existen dudas de que John Hinckley fue un "loco suelto" que actuó por su cuenta? øHubiera sido aceptada la misma versión si la bala de Hinckley hubiera matado a Reagan?
La película de StoÏne ha permitido que todas estas cuestiones vuelvan a ser discutidas. No será seguramente en vano. Fue el mismo Kennedy quien, en su campaña presidencial de 1960, pronumció en Idaho palabras que ahora parecen un mandato: "El sentido de analizar el pasado es que nos de algunas claves para el futoro".
Rubén Guillemí
Copyright Clarin, 1992