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Ahora Que... Ahora que nos besamos tan despacio, ahora que aprendo bailes de salón, ahora que una pensión es un palacio, donde nunca falta espacio para más de un corazón... Ahora que las floristas me saludan, ahora que me doctoro en lencería, ahora que te desnudo y me desnudas, y, en la estación de las dudas, muere un tren de cercanías... Ahora que nos quedamos en la cama, lunes, martes y fiestas de guardar, ahora que no me acuerdo del pijama, ni recorto el crucigrama, ni me mato si te vas. Ahora que tengo un alma que no tenía. Ahora que suenan palmas por alegrías. Ahora que nada es sagrado ni, sobre mojado, llueve todavía. Ahora que hacemos olas por incordiar. Ahora que está tan sola la soledad. Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar. Ahora que ponnos otra y qué se debe, ahora que el mundo está recién pintado, ahora que las tormentas son tan breves y los duelos no se atreven a dolernos demasiado... Ahora que está tan lejos el olvido, ahora que me perfumo cada día, ahora que, sin saber, hemos sabido querernos, como es debido, sin querernos todavía... Ahora que se atropellan las semanas, fugaces, como estrellas de Bagdad, ahora que, casi siempre, tengo ganas de trepar a tu ventana y quitarme el antifaz. Ahora que los sentidos sienten sin miedo. Ahora que me despido pero me quedo. Ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos. Ahora que no hay vacunas ni letanías. Ahora que está en la luna la policía. Ahora que explotan los coches, que sueño de noche, que duermo de día. Ahora que no te escribo cuando me voy. Ahora que estoy más vivo de lo que estoy. Ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy. Ahora que no te pido lo que me das. Ahora que no me mido con los demás. Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar. 19 Dias Y 500 Noches Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, en vez de fingir, o, estrellarme una copa de celos, le dio por reír. De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que, antes, el malo era yo, con una excepción: esta vez, yo quería quererla querer y ella no. Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas. Desde el taxi, y, haciendo un exceso, me tiró dos besos... uno por mejilla. Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida la fuí, poco a poco, dando por perdida. Y eso que yo, paro no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Dijo hola y adiós, y, el portazo, sonó como un signo de interrogación, sospecho que, así, se vengaba, a través del olvido, Cupido de mi. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta. Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato, y, fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino, que, ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones. Qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento, en el mismo momento que ella me lo mande. Y eso que yo, paro no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Y regresé...etc. Barbi Superestar Tenía los pies diminutos, y, unos, ojos, color verde marihuana, a los catorce fue reina del instituto, el curso que repetí, las del octavo derecha dijeron: "otra que sale rana", cuando, en "Crónicas Marceianas", la vieron haciendo streap-tease. En sus quimeras de porcelanosa conquistaba a Al Pacino, los de "el Rayo"... no éramos gran cosa para su merced, si, la chiquita de Mariquita Pérez, tuviera un buen padrino, los productores, que saben de mujeres, le darían un papel. Pezón de fresa, lengua de caramelo, corazón de bromuro, supervedette, puta de lujo, modelo, estrella de culebrón, había futuro, en las pupilas hambrientas de los hombres maduros, enamorarse, un poco más de la cuenta, era una mala inversión. Debutó de fulana de tal en un vil melodrama, con sus veinte minutos de fama retiró a su mamá, el guión le exigía, cada vez, más escenas de cama, todavía, por Vallecas, la llaman: Barbi Superestar. La noche antes de la noche de bodas arrojó la toalla, el novio, con un frac pasado de moda, enviudó ante el altar, mientras, Barbi, levitaba, en la Harley de un chulo de playa, que, entre el Tarot, Corto Maltés y Bob Marley, le propuso abortar. Al infierno se va por atajos, jeringas, recetas. Ayer, hecho un pingajo, me dijo, en el "tigre" de un bar: "¿Dónde está la canción, que, me hiciste, cuando eras poeta?" "Terminaba tan triste que nunca la pude empezar". Por esos labios, que sabian a puchero de pensiones inmundas, habría matado yo, que, cuando muero, ya nunca es por amor. Se masticaba, en los billares, que, el Rayo, había bajado a segunda, por la M-30, derrapaba el caballo de la desilusión. Debutó de fulana de tal en un vil melodrama, con sus veinte minutos de fama retiró a su mamá, el guión le exigía, cada vez, más escenas de cama, por Vallecas, ya nadie la llama: Barbi Superestar. Una Cancion Para La Magdalena Si, a media noche, por la carretera que te conté, detrás de una gasolinera donde llené, te hacen un guiño unas bombillas azules, rojas y amarillas, pórtate bien y frena. Y, si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago. Acércate a su puerta y llama si te mueres de sed, si ya no juegas a las damas ni con tu mujer. Sólo te pido que me escribas, contándome si sigue viva la virgen del pecado, la novia de la flor de la saliva, el sexo con amor de los casados. Dueña de un corazón, tan cinco estrellas, que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella. Y nunca le cobró la Magdalena. Si estás más solo que la luna, déjate convencer, brindando a mi salud, con una que yo me sé. Y, cuando suban las bebidas, el doble de lo que te pida dale por sus favores, que, en casa de María de Magdala, las malas compañías son las mejores. Si llevas grasa en la guantera u un alma que perder, aparca, junto a sus caderas de leche y miel. Entre dos curvas redentoras la más prohibida de las frutas te espera hasta la aurora, la más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras. Con ese corazón, tan cinco estrellas, que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella, Y nunca le cobró la Magdalena. Dieguitos Y Mafaldas Veinte años cosidos a retazos de urgencias, disimulos y rutinas, veinte años cumplidos, en mis brazos, con la carne del alma de gallina. Veinte años de príncipes azules que se marchaban antes de llegar, veinte tangos de Manzi en los baúles, veinte siglos sin cartas de papá. De González Catán, en colectivo, a la cancha de Boca, por Laguna, va soñando -"Hoy ganamos el partido"- la niña de los ojos de la luna. Los muchachos de "la doce" más violentos, cuando la "junan", en la Bombonera, le piden, a la Virgen de los Vientos, que, le levante, a Paula, la pollera. Veinte años de mitos mal curados dibujando dieguitos y mafaldas, veinte vidas hubiera yo tardado en contar los lunares de su espalda. Le debo una canción y algunos besos que valen más que el oro del Perú, sus huesos son sobrinos de mis huesos, sus lágrimas los clavos de mi cruz. De González Catán, en colectivo, a la cancha de Boca, por Laguna, va soñando -"Hoy ganamos el partido"- la "jermu" que me engaña con la luna. Alguna vez harán un monumento los de la barra brava a mi "bostera", y, una ermita, a la Virgen de los Vientos, que, le levanta, a Paula la pollera. De González Catán a Tirso de Molina, qué trajin, de España a la Argentina, qué meneo qué vaivén, qué ajetreo qué mareo, qué ruina ¿y por culpa de quién? del amor de una mina, ¿y total para qué? si, al final, se rajó con un pibe, que le prohibe a mi ex ir a verme al Gran Rex, cuando estoy de visita, no sea que Paulita se ponga a llorar, al oír su milonga, no sea que a Paulita le dé por bailar, al compás de la conga y vuelva enfermita a González Catán y no se reponga y se ponga más loca de lo habitual, bendita pollera, menuda bandera para una canción ¡y que delantera! aquel año Boca salió campeón, de la Bombonera, ninguna bostera se puede quejar aunque le sobre razón, si pinta rameras con el corazón y con las caderas, le toca a Palermo tocar el balón, "la doce" se altera, le toca al gallego tocar este son... para una bostera el año que Boca salió campeón, en la Bombonera. A Mis Cuarenta Y Diez A mis cuarenta y diez, cuarenta y nueve dicen que aparento, más antes que después, he de enfrentarme al delicado momento de empezar a pensar en recogerme, de sentar la cabeza, de resignarme a dictar testamento (perdón por la tristeza). Para que mis allegados, condenados a un ingrato futuro, no sufran lo que he sufrido, he decidido no dejarles ni un duro, sólo derechos de amor, un siete en el corazón y un mar de dudas, a condición de que no los malvendan, en el rastro, mis viudas. Y, cuando, a mi Rocio, le escueza el alma y pase la varicela, y, un rojo escalofrío, marque la edad del pavo de mi Carmela, tendrán un mal ejemplo, un hulla hop y un D'Artacán que les ladre, por cada beso que les regateó el fanfarrón de su padre. Pero sin prisas, que, a las misas de réquiem, nunca fui aficionado, que, el traje de madera, que estrenaré, no está siquiera plantado, que, el cura, que ha de darme la extremaunción, no es todavía monaguillo, que, para ser comercial, a esta canción le falta un buen estribillo. Desde que salgo con la pálida dama ando más muerto que vivo, pero dormir el sueño eterno en su cama me parece excesivo, y, eso que nunca he renunciado a buscar, en unos labios abiertos, dicen que hay besos de esos que, te los dan, y resucitan a un muerto. Y, si a mi tumba, os acercáis de visita, el día de mi cumpleaños, y no os atiendo, esperádme, en la salita, hasta que vuelva del baño. ¿A quién le puede importar, después de muerto, que uno tenga sus vicios...? el día del juicio final puede que Dios sea mi abogado de oficio. Pero sin prisas, que, a las misas de réquiem, nunca fui aficionado, que, el traje de madera, que estrenaré, no está siquiera plantado, que, el cura, que ha de darme la extremaunción, no es todavía monaguillo, que, para ser comercial, a esta canción le falta un buen estribillo. El Caso De La Rubia Platino Me adelantó un talón de setecientas, más gastos, sin contar otras quinientas en fichas del casino, mi último tren llegaba con retraso, así que decidí aceptar el caso de la rubia platino. Yo era un huele-braguetas sin licencia, quemado en la secreta por tenencia, extorsión y líos de faldas, estaba, como buen ex-policía, a sueldo de un pez gordo, que sabia cubrirse las espaldas. Ninguna zorra vale ese dinero, pensé, mientras dejaba mi sombrero nuevo en el guardarropa, cantaba regular, pero movía el culo, con un swing, que derretía el hielo de las copas. Cuando salió, por fin, del reservado, sentí que las campanas del pasado repicaban a duelo, la última vez que oí esa melodía me recetaron tres años y un día, más IVA, en la Modelo. Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar, con un farol, al futuro, no por casualidad me temen en los casinos, me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino. Los besos que te dan las chicas malas salen más caros cuando los regalan y huelen a fracaso, pero el croupier me echaba cartas buenas y la rubia platino era morena y el caso era un gran caso. En un bistró, del puerto de Marsella nos fuimos demorando, entre botella y botella de Oporto: -"Los que pusieron precio a tu cabeza- le dije exagerando su belleza, - se habían quedado cortos"- Puede que me estuviera enamorando, porque, antes del café, cambié de bando, de hotel y de sombrero. Mi viejo puso un cuarto, con dos camas, fingiendo que la dama era una dama y su hijo un caballero. Ni siquiera, señores del jurado, padezco, como alega mi abogado, locura transitoria. Disparé al corazón que yo quería, con premeditación, alevosía y más pena que gloria. Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar, con un farol, al futuro, no por casualidad me temen en los casinos, diez de los grandes por seguirle, los pasos, a la rubia platino. Para volver a ser alguien, en el ambiente, necesitaba un par de buenos clientes, algo para mis vicios y un despacho decente, no dan para comer las putas del barrio chino, todos los lunes no me encargan el caso de la rubia platino. Para no ser un cadáver, en el tranvía, aparte de tener gramática parda hay que saber, que las faldas, son una lotería; con luz de gas brilló mi lámpara de Aladino... me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino. Donde Habita El Olvido Cuando se despertó, no recordaba nada de la noche anterior, "demasiadas cervezas", dijo, al ver mi cabeza, al lado de la suya, en la almohada... y la besé otra vez, pero ya no era ayer, sino mañana. Y un insolente sol, como un ladrón, entró por la ventana. El día que llegó tenía ojeras malvas y barro en el tacón, desnudos, pero extraños, nos vio, roto el engaño de la noche, la cruda luz del alba. Era la hora de huir y se fue, sin decir: "llámame un día". Desde el balcón, la vi perderse, en el trajín de la Gran Vía. Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, una vez me contó, un amigo común, que la vio donde habita el olvido. La pupila archivó un semáforo rojo, una mochila, un peugeot y aquellos ojos miopes y la sangre al galope por mis venas y una nube de arena dentro del corazón y esta racha de amor sin apetito. Los besos que perdí, por no saber decir: "te necesito". Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, una vez me contó, un amigo común, que la vio donde habita el olvido. Cerrado Por Derribo Este bálsamo no cura cicatrices, esta rumbita no sabe enamorar, este rosario de cuentas infelices calla más de lo que dice pero dice la verdad. Este almacén de sábanas que no arden, este teléfono sin contestador, la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde, esta forma tan cobarde de no decirnos que no. Este contigo, este sin ti tan amargo, este reloj de arena del arenal, esta huelga de besos, este letargo, estos pantalones largos para el viejo Peter Pan. Esta cómoda sin braguitas de Zara, el tour del Soho desde un rojo autobús, estos ojos que no miden ni comparan ni se olvidan de tu cara ni se acuerdan de tu cruz. No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo. Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos. Esta paya tan lejos de su gitano, este penal del Puerto sin vis a vis, esta guerra civil, este mano a mano, estos moros y cristianos, este muro de Berlín. Este virus que no muere ni nos mata, esta amnesia en el cielo del paladar, la limusina del polvo por Manhattan, el invierno en Mar del Plata, los versos del Capitán. Este hacerse mayor sin delicadeza, esta espalda mojada de moscatel, este valle de fábricas de tristeza, esta espuma de certeza, esta colmena sin miel. Este borrón de sangre y de tinta china, este baño sin rimmel ni nembutal, estos huesos que vuelven de la oficina, dentro de una gabardina con manchas de soledad. No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo. Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos. Pero Que Hermosas Eran Mi primera mujer era una arpia, pero, muchacho, el punto del gazpacho. joder si lo tenía, se llamaba... digamos que Sofía. Un mal día me puso las maletas a los pies de la estatua, de un poeta, que esta, inmortalizado, en su glorieta. Después de, no se asombren, registrar, a su nombre, mi chalet adosado, mi visa, mi pasado, su prisa y su futuro, dejándome tirado y sin un duro. La gota que colmó, damas y caballeros, el vaso de su amor, fue de colesterol. Harto, tras dos infartos, de acercarme al tercero... al sístole y al diástole de mi corazón le puse un marcapasos, que andaba con retraso, haciendo interferencias en la frecuencia del televisor. Desde que la perdí hasta hoy, pobre de mí, cada vez más borracho, ruedo de mostrador en mostrador: jefe: ¿tienen gazpacho? Pero... qué hermosa era cuando iba de mi brazo por la acera, ¿ustedes me han mirado?, pedirle a ese bombón que me quisiera ¿no les parece que era pedirle demasiado? Mi segunda mujer era una bruja y yo, tan mamarracho, que besaba el suelo que pisaba. Se llamaba... digamos que Maruja. Aquel día volví pronto del tajo, y, en mi cama, debajo de un idiota, una dama, en pelotas, se lo hacía. Y yo que nunca había estado en una orgía, quitándome las botas, me dije: "ésta es la mía", y tanto que lo era, la del tacón de aguja era Maruja. "Entre ese idiota y yo, cual Júpiter tronante, tú eliges" dije yo, ¿que qué me contestó? sin dudarlo un instante, "me voy con el idiota". Y ustedes, que creían, que el idiota era yo, pues no, la muy pendón se iba y se venía, poniéndose las botas, con el menos idiota de los dos. Y ¿saben qué les digo? aquel idiota y yo nos hicimos amigos, el día que Maruja nos dejó... por otro idiota. Pero... qué hermosas eran mi segunda mujer y la primera. ¿Ustedes me han mirado? pedirles, además, que me quisieran, ¿no les parece que era pedirles demasiado? Mi tercera mujer era, señores de todos los amores que he perdido el que más me ha dolido. ¿adivinan? Se llamaba Dolores. Pero, el día de mi cumple, mi amorcito me dijo: "Aunque eres malo, Joaquinito, te traigo, de regalo, un regalito" Con su santa inconsciencia se declaró en estado, y yo, que había jurado morir sin descendencia, como murió mi padre, a la futura madre, consternado: "¡Hay dolores que matan!" le grité dolorido "¿Y no se te ha ocurrido pensar que tu marido hubiera preferido otra corbata?" Fue niña, niña pija, ¡ni siquiera varón!. Por fin, con veinte años, se la llevó un extraño, y no perdí una hija, gané un cuarto de baño. ¡Con perdón! Sofía me aliñaba, Maruja me adornó, ya solo me faltaba tomar clases de parto sin dolor y con Dolores. Pero... qué hermosas eran las tres, y, sobre todo, la tercera ¿Ustedes me han mirado? pedirles, además, que me quisieran ¿No les parece que era pedirles demasiado? De Purisima Y Oro Academia de corte y confección, sabañones, aceite de ricino, gasógeno, zapatos topolino, "el género dentro por la calor". Para primores galerías Piquer, para la inclusa niños con anginas, para la tisis caldo de gallina, para las extranjeras Luis Miguel. Para el socio del limpia un carajillo, para el estraperlista dos barreras, para el Corpus retales amarillos que aclaren el morao de las banderas. Tercer año triunfal, con brillantina, los señoritos cierran "Alazán", y, en un barquito, Miguel de Molina, se embarca, caminito de ultramar. Habían pasado ya los nacionales, habían rapado a la "señá" Cibeles, cautivo y desarmado el vaho de los cristales. A la hora de la zambra, en "Los Grabieles", por Ventas madrugaba el pelotón, al día siguiente hablaban los papeles de Celia, de Pemán y del bayón. Enseñando las garras de astracán, reclinaba en la barra de "Chicote", la "bien pagá" derrite, con su escote, la crema de la intelectualidad. Permanén, con rodete Eva Perón, "Parfait amour", rebeca azul marino, -"Maestro, le presento a Lupe Sino, lo dejo en buenas manos, matador"- Y, luego, el reservao en "Gitanillos", y, después, la paella de "Riscal", y, la tarde del manso de Saltillo, un anillo y unas medias de cristal. -"Niño, sube a la suite dos anisettes, que, hoy, vamos a perder los alamares"- de purísima y oro, Manolete, cuadra al toro, en la plaza de Linares. Habían pasado ya los nacionales, habían rapado a la "señá" Cibeles, volvían a sus cuidados las personas formales. A la hora de la conga, en los burdeles, por san Blas descansaba el pelotón, al día siguiente hablaban los papeles de Gilda y del Atleti de Aviación. Como Te Digo Una "Co" Te Digo La "O" Borja, como te "ajogues" te mato. termínate primero el melón, y luego las tres horas de la digestión, hay que ver qué mal rato, pero el niño no me quiere comer, Borja, corazón, te lo he dicho cienes y cienes de veces, dobla esa toalla, ¡Qué hartura de playa! pero mi marío quiere Benidorm, sa jodío, si tonto no es. Como el pobre mío se queda en Madrid, pa cargar las pilas su cena en Manila, su copa en Pachá, Como te digo una "co" te digo la "o" ¿Y tú cómo vas? tienes mala cara, no me digas más, si yo te contara... falleció mi suegro, me operé del quiste, ¿tú me ves más triste? Y me doy con un canto en los dientes porque a la presente, y, cruzando los dedos, lo puedo contar, aunque, gracias a Dios, yo no soy creyente, con lo que una ha visto, y que Dios me perdone, no hay que ser muy lista. Pa mí... Jesucristo el primer comunista. Como te digo una "co" te digo la "o" ¿Y las religiones? Ponme una de cada, que están rebajadas en el Corte Inglés. ¿Y cual es la mejor? Mire usted, la mía, porque es de cajón que algo tiene que haber. Llámalo equis, me parece bien. Llámalo energía, mejor todavía ¿Y los curas? esos ni en pintura ¿Y el tarot, y la astrología? me los hice ayer en la peluquería ¿Y el dinero? el único Dios verdadero ¿Y Lutero y Buda y Mahoma? con su pan se lo coman ¿Y qué opinas del Papa de Roma? ese... un particular. ¿Pero a ti qué te voy a contar? Fíjate que yo, sin ser socialista de las de carné y hasta aquí del GAL y de la corrupción, que sí, que existió, una mala gripe que había que pasar, pero te decía, como mi Felipe pa mí que no hay dos, y si no, tú misma, porque el del bigote no tiene carisma, Como te digo una "co" te digo la "o" y habrá quien lo vote, que hay gente pa tó, ¡España va bien! será para él, si, total, le tocó en una rifa. ¿Y qué vas a hacer? ¿Votar al Califa? Desengáñate, srá muy honrao, no digo que no, y trabajador y pico de oro, pero desfasao... Como te digo una "co" te digo la "o" Pero a lo que iba, el año pasao pillamos un charter de martes a martes. Fue por esa agencia si mujer, viajes el Halcón, bien como experiencia, ¿que si nos gustó La Habana? hija mía ¿no nos va a gustar?, a una la reciben con ese Caribe, y ese malecón. ¿Y la gente? legal, supermaja, no sé, diferente y eso que el dichoso bloqueo los dejó, no digo que feos porque feos no son, y hasta el más negrito tiene educación, pero, pobrecitos, flaquitos, flaquitos, y sin libertad. Que tengan la culpa Clinton o Fidel, a mí, mire usted, lo mismo me da. Pa abreviar el cuento... que no disfruté, que no vuelvo más. Porque, en España, aunque le pongas pegas, sabemos vivir. Sólo en Antón Martín hay más bares que en toda Noruega. Por cierto, el marisco ni comparación. Te cuento la cena: los dos matrimonios, Francisco, mi Antonio, la Almudena y yo. Hija, a la Almudena la ví de estropeá, de mi para tí que está mal follá. porque, la verdad, guapa nunca ha sido, pero, ese vestido como de almacenes Arias, iba de ordinaria, pero a lo que vamos ¿que dónde cenamos? en casa Tomás, eh, de bote en bote, pagamos a escote, un kilo de gambas con su Paternina, su buena propina, pacharán y puro ¿cuánto nos cobraron? no llegó a dos mil duros, tú dirás si es caro y ¿frescas? de puerto de mar. Y ¿limpio? con decir Tomás, oye, que era lunes y había que esperar. ¡Joder con la crisis! ¿dónde está la crisis? Y es que hay que saber saberse administrar. Como te digo una "co" te digo la "o" ¡Qué cansada estoy! Hoy, mi siestecita, nadie me la quita, y, si no pego el ojo, o pongo en remojo unas lentejitas, o me quedo frita lee que te lee. ¿Qué no te lo crees? como te lo digo, antes, yo leía, de higos a brevas, de Corín Tellado nunca había pasado, y, resulta que un día, todavía no me explico yo a santo de qué, mi cuñada Irene viene y me regala lo de Antonio Gala, hija mía, me pongo a leer y, oye, qué poesias, si sabe de una cosas que ni una sabe que sabia. Y con ese estilo y con esa lengua y con esa pluma. Como te digo una "co" te digo la "o" Una al vino vino y al pan con tumaca, y, sin ser polaca, cuando quiero un socio para los negocios dame un catalán, gente más decente no voy a encontrar El mejor cliente de la gestoría: Jordi Martorell, no veas qué masía tiene en Calafell. Y es que hay que viajar antes de opinar ¿o todos los vascos van con metralleta? pues no, mire usted. ¿y están todos locos por ser de la ETA? mire usted, tampoco. habrá unos que sí habrá otros que no, si ha estado allí habrá comprobao que el problema vasco es muy delicao. Yo nací en Motril y no le hago ascos a un buen bacalao a la Urdangarín. ¡Viva San Fermín! ¿qué no te has fijao? mírame a los ojos ¿tiene un revolcón? ¿o es tonta la infanta? ¿te pido otra fanta? lo pones al lado del Marichalar y no veas lo que canta, hija, no hay color. Lo mismo que el Rey, (y te tengo dicho que le tengo ley), pero, la verdad, no es un Castelar, ni lo tiene que ser, oye es un Borbón, ¿Pa que quiere más? Y el pedazo reina que lleva detrás, que no se despeina y hay que ver lo que manda esa buena mujer en la Corte. Que es mucha familia y, oye, la hemofilia los ha respetao. ¿Y el príncipe azul? Figúrate tú, de los nervios todas y él no quiere boda, tan rubio, tan fino, tan tieso, tan alto, tan cachas, qué agobio, hija, ¿Y la Sartorio? a mi me da pena, descompuesta, sin novio y tan buena muchacha. ¿Que no era princesa? pero era persona, Jesús, lo que pesa la corona esa, más que el corazón. ¿Y la razón de estao? Nos ha fastidiao ¡Que desinrazón! A mí, que, al Borbón lo pierdan las faldas, mire usted, chapeau, sin hijas bastardas no habría monarquías, lo dice hasta Ansón, de qué come Ussía ángel de la guarda, cuánta hipcresía Porque tiene gracia ¿esto es democracia? ¡Uy, las dos y veinte! qué charla te he dao, hoy sí me he pasao, mañana hablas tú, como siempre te callas... Ven acá pacá, Borja, la toalla, ¿qué te has hecho en la frente? ¿Tú has visto qué cruz? Bueno, Ana María bésame a Vicente. Carretera y manta, lo que es otro día nos traemos del súper las fantas. (Como te digo una "co" te digo la "o") Noches De Boda Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas, Que las persianas corrijan la aurora, que gane el quiero la guerra del puedo, que los que esperan no cuenten las horas, que los que matan se mueran de miedo. Que el fin del mundo te pille bailando, que el escenario me tiña las canas, que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, ni ciento volando, ni ayer ni mañana Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel. Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel. Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentira, que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras. Que no se ocupe de tí el desamparo, que cada cena sea tu última cena, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena. Que no te compren por menos de nada, que no te vendan amor sin espinas, que no te duerman con cuentos de hadas, que no te cierren el bar de la esquina. Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel. Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel.
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