Así estoy yo sin ti
Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin
vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla
sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como
los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en
día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del
maniquí,
huraño como un candi con lamparones,
como un barco sin
polizones,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que
un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy
yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo
como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el
desierto,
quemado como el cielo de Chernobil,
solo como un poeta
en el aeropuerto,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil
como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como
el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como
el perfume del desengaño,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del
exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo
civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en
un desfile,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que
un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy
yo, sin ti.
Pacto entre caballeros
No pasaba de los veinte el mayor de los tres chicos
que vinieron a
atracarme el mes pasado.
Subvencionanos un pico, y no te hagas el
valiente
que me pongo muy nervioso si me enfado.
Me pillaron diez
quinientas y un peluco marca Omega
con un pincho de propina en la
garganta.
Pero el bizco se dio cuenta y me dijo oye colega
te
pareces al Sabina ese que canta.
Era un noche cualquiera puede ser
que fuera trece
que más da pudiera ser que fuera martes.
Sólo se
que algunas veces, cuando menos te lo esperas
el diablo va y se pone
de tu parte.
Este encuentro hay que mojarlo con jarabe de litrona
compañeros antes de que cante el gallo.
Tranquilo tronco perdona y
un trago pa' celebrarlo
los tres iban hasta el culo de caballo.
A
una barra americana me llevaron por la cara
no dejaron que pagara ni
una ronda.
Controlaban tres fulanas pero a mi me reservaban
los
encantos de Maruja la cachonda.
Nos pusimos como motos con la birra y
los canutos
se cortaron de meterse algo más fuerte.
Nos hicimos
unas fotos de cabina en tres minutos
parecemos la cuadrilla de la
muerte.
Protegidos por la luna cogieron prestado un coche
me
dejaron en mi queli y se borraron.
Por las venas de la noche enróllate
y haznos
una copla guapa de la tuyas, me gritaron.
Me devolvieron
intacto con un guiño mi dinero,
la cadena, la cartera, el reloj.
Yo
que siempre cumplo un pacto, cuando es entre caballeros
les tenía que
escribir esta canción.
Hoy venía en el diario el careto del más
alto
no lo había vuelto a ver desde aquel día.
Escapaba del asalto
al chalet de un millonario
y el la puerta le esperó la policía.
Mucha, mucha policía...
Que se llama soledad
Algunas veces vuelo y otras veces
me arrastro demasiado a ras del
suelo.
Algunas madrugadas me desvelo
yendo como un gato en celo
patrullando la ciudad,
en busca de una gatita
en esa hora
maldita en que los bares
a punto están de cerrar
cuando el alma
necesita un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo y otras veces
la vida se me va con lo que escribo.
Algunas veces busco un
adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón.
Luego
arrojo mi mensaje
se lo lleva de equipaje una botella
al mar de tu
incomprensión.
No quiero hacerte chantaje
sólo quiero regalarte
una canción.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el
hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama
soledad.
Algunas veces gano y otras veces
pongo un circo y me
crecen los enanos.
Algunas veces doy como un gusano
en la fruta
del manzano
prohibido del padre Adán.
O duermo y dejo la puerta
de mi habitación abierta
por si acaso se te ocurre regresar.
Más raro fue aquel verano
que no paró de nevar.
Besos de Judas
No soporta el dolor le divierte inventar
que vive lejos en un raro
país,
cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se
aburre de andar da un salto mortal.
Cuando el sol fatigado se dedica a
manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y
al ratón,
si le pido quédate un poco más,
se viste y se
va.
Cuanto más le doy, ella menos me da.
Por eso a veces tengo
dudas, no será un tal Judás
el que le enseñó a besar.
Nunca me
dice ven siempre se hace esperar
de noche como un sueño tarda en
venir,
dibuja nubes con saliva y carmín,
cobra caro cada abrazo
que da,
no acostumbra a fiar.
Cuando gritos de alarma suenan por
la ciudad,
cuando los sabios dicen, no hay solución.
Ella pretende
que hagamos el amor
en una cama de cristal,
a orillas del
mar.
(Estribillo)
Yo que siempre traté de aprender a barajar
los naipes al estilo del triunfador,
ahora me veo jugando de farol
mientras su manga esconde un as,
no sabe
ganar.
(Estribillo)
Cuanto más le doy ella menos me da,
por eso necesito ayuda aunque sean de Judás.
Bésame un poco
más.
(Estribillo)
Oiga doctor
Oiga doctor, devuélvame mi depresión,
no ve que los amigos se
apartan de mí
dicen que no se puede consentir esa sonrisa idiota.
Oiga doctor, que no escribo una nota desde que soyfeliz.
Oiga
doctor, devuélvame mi rebeldía,
ahora que a la carta ceno cada día
y viajo con American Express, algunas de las cosas
oiga doctor, que
imaginaba odiosas, sabe queestán muy bien.
Oiga doctor, esta vez le
falló la acupuntura
acaso no le pago las facturas,
déjeme como
estaba, por favor
oiga doctor, a ver si tengo cura,
solo quiero
ser yo
y ahora parezco mi caricatura.
Oiga doctor, devuélvame
mi fracaso,
no ve que yo cantaba en la marginación,
devuélvame mi
odio y mi pasión, doctor hágame caso
quiero volver a ser aquel payaso
con alas en los pies.
Oiga doctor, devuélvame mi excitación,
llevo ya cinco meses sin una erección,
incluso en un gimnasio me
inscribí pero no me curaron.
Oiga doctor, cada miembro me hincharon,
menos el viril.
Oiga doctor, esta vez le falló la acupuntura
acaso no le pago las facturas,
déjeme como estaba, por favor
oiga doctor, que ya no se me empina
desde que me mandó
tener
cuidado con la nicotina.
Oiga doctor, esta vez le falló la
acupuntura
acaso no le pago las facturas,
déjeme como estaba, por
favor
oiga doctor, nada de disimulos.
La cumbre se me está
clavando por momentos en el culo.
Oiga doctor.
Amores eternos
Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que
amortajarla.
Inocente y perversa como un mundo sin dioses
alegre y
repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, de que hubiera
servido,
deshacer las maletas del olvido
pero no se que diera por
tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que
escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa
a
cambio de sus besos sin su prisa.
Con ella descubrí que hay amores
eternos
que duran lo que dura un corto invierno.
Conservo un
beso de carmín que sus labios dejaron,
impreso en el espejo de lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado
y esta sed del que añora la
fuente del pecado.
Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabara durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un
lunes sin clase
se fue de madrugada, no quiso ser de
nadie.
(Estribillo)
Mónica
Mira Mónica, ya estoy harto
de tu maldita indecisión
vivo al
borde del infarto,
martes si, miércoles no, jueves quien sabe.
Por
ti quemé mis naves y algo más,
le vendí mi alma a Satanás,
a
cambio de la llave de tu intimidad.
Mira Mónica ten en cuenta,
si se presenta la ocasión,
que en la frontera de los treinta
quema menos el amor, pero calienta.
De noche nunca cierres tu
balcón
puede que se anime algún ladrón
a desvalijarte un poco el
corazón.
No me digas tal vez, quizás, puede que mañana.
Que de
tanto esperarte van a salirme canas.
No me tengas muerto de sed, no
seas inhumana.
Deja Mónica ya esa historia
de mi mentira y tu
verdad.
No me cuentes tus memorias
que no las voy a contar, basta
de copas,
y de palabras vueltas del revés
no ves que ya empieza a
amanecer.
Anda quítate la ropa de una
vez.
(Estribillo)
Cuernos
Si como yo eres de los que prefieren
los encantos que brindan las
mujeres que pasan de los treinta.
Entre las casadas busca tus amadas
los cuernos le pondrán a tu almohada su sal y su pimienta.
Tienes
que conseguir que su marido
valga para cornudo el elegido, tendrá que
ser civilizado.
Huye de la mujer del comisario,
que vas a hacer
desnudo en el armario, un tipo que va armado con dos...
Cuernos,
cuernos, cuernos, siempre tan modernos.
Cuernos, cuernos, cuernos, es
la solución
pon un par de cuernos a tu depresión.
En asuntos
tales las clases sociales
compiten pero siempre sobresale la noble
clase alta.
Las señoras con rango y posición
si no adornan la
frente del varón notan que algo les falta.
Pero que no te lleve el
desenfreno
a hacer de gallo en el corral ajeno, y alguna cenicienta
obrera.
Y menos si el marido es un parado
aparte de cornudo
apaleado se pone hecho una fiera con
los...
(Estribillo)
Pasa con prudencia de las apariencias
si quieres seducir a alguna esposa marchosa y post-moderna.
Tiene
mala pata que al tercer cubata
se duerma y tu allí con el rabo entre
las piernas.
Nada mejor que un buen ejecutivo
apóstol de programas
intensivos, almidonado como un traje.
Elige de entre todos los maridos
a ese infeliz que siempre está reunido, y siempre de viaje con
los...
(Estribillo)
Hotel, dulce hotel
Pedí dos camas con ventanas al mar,
mejor que salgas sola del
ascensor.
Conozco un 'chino' cerca para cenar,
inventa un nombre
falso y déjalo en recepción.
Le he dicho al camarero que nos suba
champán.
Un siglo y tres minutos, cuando vas a llegar.
Prepararé un
canuto bien cargado en tu honor,
la llave está en la puerta cuatro
setenta y dos.
Hotel, dulce hotel. Hogar, triste hogar.
Estatuas de sal, habitación con vistas a tu piel.
Tal vez se
deje seducir el azar,
abriga más cuando es furtivo el amor.
Con
seis Ducados arrugados y un par
de botas, medio rotas, se camina
mejor.
Te besaré en la nuca mientras miras saltar
las olas entre
las farolas del malecón.
Ponte el liguero que por Reyes te regalé,
ven a la cama nos persigue el amanecer.
(Estribillo)
Tú
sabes que el purgatorio no hay
amor doméstico con muebles de scay.
No es que no quiera, es que no quiero querer,
échale leña al fuego
del hogar y el deber,
la llama que me quema cada vez que te veo
me
dice que es absurdo programar el deseo.
Al cabo de unos años
estaríamos los dos
adultos y aburridos frente al
televisor.