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EL PEZ FILOSÓFICOby José Luis Rodríguez GuerreroGo to Spanish section José Luis Rodríguez Guerrero
EL PEZ FILOSÓFICO La figura del pez ha pasado muy de puntillas por el barroco universo simbólico de la alquimia; escasea en los libros de los filósofos, por lo que su significado ha resultado siempre difícil de abordar para los neófitos y los desocupados. Fulcanelli lo rescató para darle un papel protagonista en una obra clave, "Las Moradas Filosofales", de manera que no resulta del todo ajeno a los estudiantes de hogaño. Se trata, sin duda, de una imagen más cara a la iconografía que a la literatura. Decora las casas de alquimistas célebres, asoma por los rincones más herméticos de las catedrales y no falta en los mejores manuscritos iluminados.
La mayoría de los adeptos lo ha visto como caracterización de nuestro oro, magno tesoro despreciado por el incauto. Y decimos "la mayoría" porque ésta es una de las varias figuras que, por identificar a cierta sustancia participante en la disolución filosófica, ha sido tratada con sibilino método. Es fácil verlo en asociación con el oro y sus variantes. Lo tildan de León de Nemea, lenguado ( del latín SOL, SOLIS ), régulo ( de REGULUS, pequeño rey ), toro, basilisco ( del griego basiliskos , reyezuelo ); es la albahaca ( basilikon ) entre los esoteristas hispanos del siglo de oro, el lucio ( del latín LUCIS ) y, como no, el cuervo, que es el pájaro de Apolo-Febo ( Foibos , el sol ), concretamente el segundo que el artista ve aparecer: " ... el perro de Corasán o azufre - dice Fulcanelli (1) - toma su nombre del término griego korax , equivalente a cuervo, vocablo que servía también para designar a cierto pez negruzco sobre el cual, si nos fuera permitido, podríamos decir cosas curiosas".
Atended, pues, si queréis conocer las virtudes de este singular animal. A pesar de su aparente sencillez su pesca es tarea de colosos; escapa a las manos del más rápido y pone en ridículo a los más hábiles. Hay quien recomienda atraerlo con la ayuda de una lámpara, sin embargo yo os animo a que empecéis por estudiar bien a ese pez, todas sus manías y propiedades, para así saber lo que le gusta o más le conviene; y ello porque se trata de un bicho sumamente caprichoso, que sólo asoma cuando se le antoja. Ningún aparejo del vulgo sirve durante su pesca, cañas, arpones y cebos son nada; únicamente un tipo de red viene a propósito a tal efecto, pero es casi imposible encontrar un artista capaz de tejer su delicada trama.
Herodoto, padre de la historia y viajero infatigable, recoge dentro de sus nueve libros la leyenda de Polícrates, muy a propósito para el amante estudioso (2). Amasis, rey de Egipto, viendo la buena fortuna y riquezas que su vecino Polícrates andaba adquiriendo, se decidió a escribirle una carta bastante maliciosa previéndole contra los envidiosos halagos de los tiempos prósperos. Hízole esta recomendación: "Ponte solo a pensar cual es la cosa por la que sientes mayor estima, por cuya pérdida más afligido se encontraría tu corazón. Una vez hallada, apártala lejos de ti ....". tan curioso remedio fue tomado en serio por el buen Polícrates, quien echó mano de un apreciadísimo sello de oro y esmeralda que siempre lucía en su dedo para lanzarlo al mar. Pero sucedió que, pasados varios días, uno de los pescadores de Samos recogió un pescado tan grande y exquisito como para considerarlo digno de su gobernante. Presentose así en el palacio de Polícrates y regaló el hermoso presente. Entonces aconteció lo inesperado; los criados, al aderezar y partir el pescado encuentran en su vientre el sello perdido. La alegoría es muy sugerente. Tratamos de un pez oscuro (según el vocablo original) que guarda en su vientre el anillo perdido. Este sello nos ofrece una valiosa información acerca del pez, "muy raro y vistoso" en palabras de Herodoto. Está compuesto de oro, dándonos a entender que encierra (o es) oro hermético, y de esmeralda, pues es verdaderamente la esmeralda de los filósofos. Entended ahora la razón por la cual Jonás vomitado por la ballena es la imagen del León Verde saliendo del vientre del peje químico, ese León verde al que George Aurach dedicara la primera lámina de su "Preciosísimo Don de Dios" es el mismo líquido que regurgitan los peces labrados entre los relieves de la casa Xifré. Escuchad ahora al autor que declara (3): " La primera materia de la obra es la Saturnia Vegetal, el Hyle o Caos Filosófico. Este Caos está representado por Sileno, Nereo, Hilas, Arquelao, Neptoleno, Venus Hermafrodita, el Pez Skimoÿs, el León de Nemea, la Tabla de Esmeralda, el Duenech Verde, el León Verde , etc." Se afirma que el sello está fabricado por Teodoro, hijo de Telecles. Teodoro es un compuesto de
Resulta fascinante comprobar la malicia de los filósofos en lo referente al pescado hermético. Ya dijimos que hay quienes lo asocian al azufre, otros, no pocos, refieren así al Rebis, y algunos toman el mismo símbolo para el azufre, el mercurio simple y el mercurio disolvente compuesto, es el caso de Lambsprink (6): "los filósofos dicen comúnmente que hay dos peces en nuestra mar (o nuestra obra, es lo mismo), los dos, en verdad, sin carne ni espinas (convenientemente preparados) son cocidos en el agua que les es propia. Entonces saldrá de ellos la gran Mar (o gran obra, es decir, el primer embrión de nuestra piedra que llegará a ser azufre perfecto) que ningún hombre puede describir. He aquí lo que por esto entienden los filósofos: Se encuentran dos peces, pero los dos no son sino uno, dos, sin embargo, y, no obstante uno solo (dos que son uno, entiéndase por esto una sustancia doble compuesta de dos cosas RE+RE)". Seguramente el amante de la ciencia, diligente minero de bibliotecas pero carente de la práctica de laboratorio, estará ahora sumido en mayores tinieblas que al principio del presente artículo; empero espero que no nos culpen. Sucede que, por mucha teoría que se tenga, el nudo gordiano de la disolución filosófica es imposible de deshacer sin la práctica.
El labrador celeste cuenta con una especie de magnesia o plomo filosófico (la primera negrura) del que extrae, con mucha industria y paciencia, dos sustancias; un sulfuro negro-azulado y un mercurio permanente. A continuación se dispone a reunirlos de nuevo. Entonces pez y virgen se fusionan en la forma de una espléndida sirena, que es el paradigma clásico del cuerpo mixto. Hay comentaristas que, ¡atención!, más celosos de su arte, suprimieron la sirena y mantuvieron la figura del pez para trastornar el razonamiento del aprendiz. No se dejen engañar, la sirena equivale a la ballena o al delfín; también, ya fuera del medio acuático, es lo mismo que la gallete o roscón de reyes en los libros de Fulcanelli y Canseliet. La pasta hojaldrada esconde al bañista o haba (de
Cuando alcancen a conjuntar azufre y mercurio poseerán el latón de los sabios. Manifestamos esto porque es costumbre confundir aquella magnesia con aqueste latón por ser tiempos semejantes en la obra. ¡Mucha cautela! Ante todo tengan siempre presente que el sulfuro es quien dirige el magisterio. ya vemos a los tradicionalistas rasgando sus vestiduras y gritando: ¡Qué dice este loco! ¡Acaso no ha leído a los clásicos que exaltan al mercurio por encima de su antagonista!. Personalmente comprendemos que así lo hicieran. Es Hermes quien se mueve en la composición, el verdadero agente activo que produce la transformación. No obstante nadie me puede negar que gira alrededor del azufre, una sustancia mucho más pasiva que se deja llevar, pero cuyo valor principalísimo vemos inexcusable. Es él quien finalmente domina; la piedra filosofal es puro azufre, azufre perfecto, de hecho todo el magisterio reside en la fijación del mercurio por parte del azufre.
En la primera etapa se hace imprescindible la atenta vigilancia del fuego. Si se es prudente el sulfuro comenzará a ser a absorber poco a poco una parte del mercurio. Se trata de la coagulación en forma de floris lactis. En la superficie líquida comienza a organizarse una ligera telita parecida a la nata sobre la leche hirviente; es una capa que se fragmenta rápidamente en pequeños trozos que parecen jugar sobre las aguas. "Los filósofos - dice d'Espagnet (7) - poseen también su mar, donde nacen pequeños peces gordos que tienen escamas plateadas y brillantes; si sabemos atraparlos y envolverlos en una red delgada seremos considerados pescadores muy hábiles". Los corpúsculos flotantes se asemejan a peces que el artista debe pescar, revolotean sin descanso, van de acá para allá sin orden ni concierto, se sumergen y afloran cuando quieren. Con alta destreza se logrará que las partes dispersas se suelden y cubran de nuevo toda la superficie acuosa. La materia se ha fijado o, si lo prefieren, el pescador ha atrapado los peces en su red tal y como lo representa el "Mutus Liber" en su tercera lámina. Como pueden apreciar, la mangueta no es más que el arcano del primer estado sólido de la piedra. La mitología clásica hizo graciosos juegos sobre el prodigio de la pesca milagrosa. La "Odisea" luce como un escrito muy revelador: Los mitos de Faro y Delos van ha mostrarse muy generosos con nosotros; pedimos, eso si, atención a la exégesis que vamos a acometer.
Homero (8) nos relata como Menelao, navegando hacia Egipto, se ve obligado a permanecer en la isla de Faro. Menelao es
Similar interpretación merece el mito de Delos, otra visión de la isla filosófica. Los poetas helenos sostienen que en un principio boyaba a la deriva, a merced de las olas y los vientos, sin ninguna consistencia, así que la marcaron con dos apodos: Asteria, de
Les advertimos que todo lo comentado tiene como fin ponerles en guardia acerca de la diferencia entre el pez-azufre naciente y el pez-isla o delfín (10), no los confundan, sería su perdición.
Nuestro pez o cuervo posee un tono negro-azulado muy peculiar que lo ha echo relacionarse con la violeta. En clara referencia al Echeneis dice Fulcanelli (1): "En el lenguaje oral de los adeptos este cuerpo apenas se designa con otro término que con el de violeta, primera flor que el sabio ve nacer y expansionarse...". El presidente d'Espagnet también nos despacha una jugosa cita sobre lo delicado de la pesca filosófica (7): "No distantes de la fuente de entrada, las violetas primaverales se presentarán en seguida a ti, las cuales asumirán un color muy nítido de un color azufre ligeramente oscuro, porque fueron regadas por los canales de un ancho río dorado. El sol te proporcionará presagios de eso. Mientras no hayas compuesto la piedra no recogerás estas flores tan preciosas, pues, cuando son arrancadas con violencia no poseen ninguna tintura. Llegado el tiempo arráncalas con cuidado, con una mano hábil e ingeniosa". Hay que considerar muy seriamente la dificultad práctica real que existe al trabajar con el peje químico; asoma cuando se le antoja, y el afortunado que lo atrapa sólo puede actuar sobre él con el auxilio de un maestro alquimista muy experimentado. Así el libro de Tobías nos asegura que: "Llegada la noche la pasaron ( El arcángel Rafael y el propio Tobías ) a la orilla del Tigris. Bajó el joven a lavarse los pies al Tigris. Un enorme pez, saltando del agua, quería devorarlo, y entonces gritó. El arcángel le dijo: Agarra al pez y no lo sueltes. El joven lo atenazó y lo sacó a tierra. Abre el pez - le dijo el ángel- quítale la hiel, el corazón y el hígado y guárdalos; tira los intestinos. La hiel, el corazón y el hígado son medicinas excelente. El joven abrió el pez y extrajo el corazón y el hígado. Asó parte del pez y tiró el resto (11)". Hace falta mucha paciencia y mucha suerte para que se cumpla esta sentencia de Filaleteo: "...el color negro, por lo menos de una forma superficial, comienza a aparecer a los cuarenta días...(12)".
¡Que interesante y distendido nos está resultando hablar apoyados en las fábulas y mitos del pasado! Las exposiciones que nos hacen son totalmente herméticas, pero con la clave adecuada resultan sumamente pormenorizadas y precisas. Son, para el amante de la ciencia, diamantes en bruto que brotan en cualquier parte. Si, por ejemplo, viajan a la región francesa de la Normandía, los lugareños más ancianos les contarán, seguro, la leyenda de la isla Tatiohou, que es una roca frente a las costas del canal de la mancha. Según parece, Dios y San Pedro navegaban por aquellas aguas subidos en un simple manto o capa extendida (nuestra floris lactis). Tan desaconsejable vehículo hizo asomar las dudas en el santo pescador, que empezó a señalar la extensión de las olas y la violencia de los remolinos; su maestro, contrariado por la poca fe que mostraba, le dijo: ¡Debajo del manto! ¡Toca ahí (
Para finalizar vamos a rematar nuestro comentario con la inclusión de un último cuento alegórico ,el enlace entre Peleo y Tetis, los padres de Aquiles.
El vocablo Peleo, si atendemos al origen helénico
Por otra parte Tetis,
Como resultado obtendremos la tan ansiada piedra de los Filósofos, Aquiles,
No dudéis en afirmar que Tetis uniéndose a Peleo y la Sepia son una misma cosa, la espuma de mar,
El pez hermético es, además, Maya preñada de Mercurio, Juno preñada de Hebe, Ceres de Hécate; son Marte y Venus atrapados en la red trenzada por Vulcano, Horus antes de ser matado por Tifón...., ficciones todas cuyo estudio recomendamos al estudiante inquieto. Para los más doctos dejaremos la propuesta de una obra redactada por el gran hierofante hispano de la gaya ciencia. Cruda tarea será la de romper su sello protector. Nos referimos a la "Ilustre Fregona", novela ejemplar del coloso Miguel de Cervantes donde se declara una gran verdad: "¡Oh pícaros de cocina!, sucios, gordos, pobres fingidos, tullidos falsos, cicateruelos de zocodover.........con toda la caterva que se encierra dentro de ese nombre de pícaro. Bajad el toldo, amainad el brío, no os llaméis pícaros sino habéis cursado dos estudios en la academia de pesca de los atunes (16)".
(2) Herodoto de Halicarnaso. "Los Nueve Libros de Historia".
(3) Anónimo. "Concordancia Mito-Físico-Cabalo-Hermética". Obelisco. 1986.
(4) Juan Eduardo Cirlot. "Diccionario de Símbolos". Editorial Labor. 1969. Voz "Cadena".
(5) Anónimo. "Instrucción de un Padre a su Hijo a cerca del Árbol Solar". El Artesano. 1993. Pag 23.
(6) Lambsprink. "Tratado sobre la Piedra Filosofal". Obelisco. 1987. Las frases entre paréntesis que añado a esta cita son mías, espero que faciliten la comprensión del texto.
(7) Jean d'Espagnet. "La Obra Secreta de la Filosofía de Hermes". Índigo. 1995.
(8) Homero. "La Odisea". Gredos. 1991. Canto IV para Faro y canto X para Delos.
(9) La etimología de la palabra Egipto es "país de poniente", y en alquimia las palabras "poniente" u "oeste" significan la oscuridad, la negrura, la muerte, epítetos todos de la conjunción, también llamada putrefacción. Véase todas estas expresiones en el "Diccionario Mito-Hermético" de Dom Pernety. Índigo. 1993.
(10) El delfín casi nunca aparece sólo en la iconografía tradicional. Es frecuente encontrar la imagen de dos delfines juntos, o de un delfín y un ancla. Así pues conviene asociar este animal con la idea del mercurio doble.
(11) La Biblia. Libro de Tobías. Cap 6, versículo 1. Este pasaje está cuajado de símbolos y escenas sugerentes; la noche o negrura, el acto de sacar el pez a tierra o fijación de la materia y las manipulaciones posteriores son algunas muestras.
(12) Ireneo Filaleteo. "Comentario de la visión de Sir George Ripley". Texto incluido en la revista virtual "Turba Philosophosum". 1998.
(13) Cosmopolita. "Nueva Luz Química". Librería editorial J.Fonfría. 1995.
(14) Decimos concepción, que no nacimiento. El primero alude al negro(las vírgenes negras o matronas), el segundo al blanco( el acto de dar a luz).
(15) Dom Pernety. "Les Fables Égiptiennes et Greques devoilées...". Chez Delain, libraire. 1758.( De esta cita conviene aclarar que
(16) El pícaro es aquí el alquimista, pues Mercurio tenía entre sus atributos el de ser protector de los ladrones y ladronzuelos. Así pues que nadie presuma sin capturar los pequeños peces filosóficos(El atún,
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