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Alchemical material in SpanishThese translations of various alchemical pieces into Spanish have been donated by Santiago Jubany, who publishes various alchemical and related books under the name Ediciones Indigo.Back to alchemical texts in Spanish . Back to reference library . LA PIEDRA DE TOQUE O PRINCIPIOS DE LOS FILOSOFOS que deben servir de regla para la obra I La naturaleza ha dejado algunos seres imperfectos, ya que no ha formado la piedra, sino tan s�lo su materia que, en verdad, no puede hacer lo que hace la piedra despu�s de su preparaci�n porque se encuentra impedida por obst�culos accidentales. II La sustancia que se busca es la misma cosa que aquella de donde se la debe sacar. III Esta identidad es espec�fica, es decir, no existe m�s que en relaci�n a la especie; no es particular o num�rica. IV De la unidad sacad el numero ternario y volved el n�mero ternario a la unidad. V Toda cosa seca bebe su h�medo. VI no hay m�s agua permanente que aquella que es seca y que se adhiere a los cuerpos, de modo que si esta huye, los cuerpos huyen con ella y esta les sigue si ellos huyen. VII quienquiera que ignore el medio de destruir los cuerpos ignora tambi�n el medio de producirlos. VIII todas las cosas que se resuelven por el calor se coagulan con el frio y reciprocamente. IX la Naturaleza se regocija en su naturaleza, la Naturaleza mejora la naturaleza y la lleva a su perfecci�n. X es necesario para la conservaci�n del universo, que cada cosa desee y pida la perpetuidad de su especie. XI en las producciones fisicas perfectas, los efectos son semejantes y conformes a la causa particular que los produce. XII no es posible que se haga ninguna generaci�n sin corrupci�n y en nuestra obra la corrupci�n y la generaci�n son imposibles sin el cielo filosofico. XIII a menos de intervenir en el orden de la Naturaleza, no engendrar�is el oro a menos que previamente no haya sido plata. XIV la soluci�n de los cuerpos es la misma cosa que su congelaci�n, si solo se considera el menstruo y el momento de la soluci�n. XV si hab�is disipado y perdido el verdor del mercurio y el rubor del azufre, hab�is perdido el alma de la Piedra. XVI en nuestra obra no entra nada extra�o; no admite y no recibe nada que venga de otra parte. XVII las soluciones filosoficas evitan al cuerpo disuelto sus impurezas naturales, que no pueden ser hechas sensibles por ningun otro camino. XVIII todo agente exige una materia preparada; por esta raz�n un hombre no puede engendrar con una mujer muerta. XIX en la obra la hembra disuelve al macho y el macho coagula a la hembra. XX el mercurio de los fil�sofos es su compuesto muy secreto, o su Ad�n, que lleva y esconde en su cuerpo a Eva su mujer, la cual es invisible; pero cuando llega del blanco, esta se vuelve macho. XXI los fil�sofos han dicho sabiamente que el mercurio encierra todo lo que hace el objeto de la busqueda de los sabios. XXII que vuestro calor sea continuo, vaporoso, digerente, circundante y que sea traido a traves de un medio. XXIII tened cuidado con el orden en que aparezcan los colores cr�ticos, que el uno no adelante al otro y que cada cual se presente a su vez. XXIV estos colores cr�ticos son cuatro: el negro y el blanco, el citrino y el rojo perfecto. Algunos filos�fos les han dado el nombre de elementos. XXV si el color blanco precede al negro hab�is fallado en el r�gimen del fuego y si el rojo aparece antes del citrino, es un indicio de una sequedad excesiva de la materia. XXVI tened el mayor cuidado de que la negrura no aparezca dos veces: cuando los cuervecillos se han ido volando una vez de su nido, no deben entrar m�s all�. XXVII tened tambi�n cuidado con que no se rompa la cascara del huevo, que no se agriete, que no deje pasar el aire; sin lo cual no har�as nada de bueno. XXVIII el fermento no est� compuesto m�s que de su propia pasta; as� no mezcareis el blanco con el rojo, ni el rojo con el blanco. XXIX si no te��s el mercurio, no te�ir�. XXX es preciso que los cuerpos o metales inferiores que se quieren transmutar en oro o en plata por la proyecci�n, est�n vivos y animados. XXXI cuanto m�s perfectos sean los cuerpos, m�s recibir�n y se cargar�n de tintura. XXXII si la piedra no ha sido fermentada por lo menos dos veces, no podr� dominar o subyugar el mercurio de los cuerpos y cambiarlo en su naturaleza. XXXIII si se emplea demasiada tintura en la proyecci�n, el cuerpo inferior tomar� demasiada fijeza y no podr� entrar en fusi�n; si hay demasiado poca, solo se te�ir� debilmente. XXXIV nuestra piedra, antes de ser capaz de te�ir los metales, expulsa las enfermedades de su g�nero, proporcionadas al grado de perfecci�n que ha adquirido. XXXV Cuando ha llegado a una blancura fija y permanente, cura las enfermedades lunares y cuando est� roja, las enfermedades solares. Pero est� preparada de una u otra forma, las enfermedades astrales se le resisten, porque est�n absolutamente sometidas a la fatalidad. XXXVI los sabios alejando a los profanos no admitir�n m�s que a los elegidos en sus misterios sagrados; una vez posean este raro presente de la sabidur�a divina, dar�n gracias al Ser Supremo, y se colocar�n todos bajo el estandarte de Harp�crates. |