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Alchemical material in Spanish

These translations of various alchemical pieces into Spanish have been donated by Santiago Jubany, who publishes various alchemical and related books under the name Ediciones Indigo.
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DI�LOGOS DE AROS Y DE MAR�A

El fil�sofo Aros fue a buscar a Mar�a la profetisa, hermana de Mois�s, y habi�ndole saludado muy cort�smente, le dijo:
-Se�ora, he o�do decir muchas veces que blanque�is la piedra en un d�a.
-Si -respondi� Mar�a-, en incluso en menos de un d�a.
-No concibo -repuso Aros- c�mo puede hacerse lo que dec�s ni por qu� medio se puede blanquear tan prontamente con el Magisterio.
Mar�a respondi�: -�No sab�is vos que se hace un agua o una cosa que blanquea en un mes?
-Es cierto -dijo Aros-, pero hace falta mucho tiempo para hacer la cosa de que habl�is.
-Hermes -repuso Mar�a- dice en todos sus libros que los fil�sofos blanquean la piedra en una hora.
-Oh, se�ora -dijo Aros- �Qu� cosa m�s hermosa me dec�s!
-Muy hermosa -replic� Mar�a- para aquel que no la sabe.
-Pero se�ora -respondi� Aros- si es cierto que todos los cuerpos de los metales, as� como el cuerpo humano est�n compuestos de cuatro elementos, hay que confesar que pueden ser fijados y moderados, y sus vapores coagulados y retenidos en un d�a, hasta que lo que deba hacerse est� terminado.
-Os aseguro, Aros -dijo Mar�a- y pongo a Dios por testigo que si vos no fuerais quien sois no os dir�a nada de lo que voy a deciros y esperar�a para revel�roslo a que Dios me inspirara el hacerlo. Tomad, pues, el alumbre, goma blanca y goma roja que es el Kibric de los fil�sofos, su oro y su mayor tintura, y juntad en verdadero matrimonio la goma blanca con la roja. No s� si me entend�is.
-Si, se�ora -dijo Aros-, entiendo y comprendo lo que dec�s.
-Reducid todo esto a agua corriente -continu� Mar�a- y purificad sobre el cuerpo fijo este agua verdaderamente divina sacada de los dos azufres y haced que esta composici�n se haga l�quida por el secreto de las naturalezas en el vaso de la filosof�a �Me entend�is, Aros?
- Si, se�ora -respondi� Aros-, la entiendo muy bien.
-Conservad los vapores -repuso Mar�a- y no dej�is que nada se escape. Haced vuestro fuego en proporci�n a como est� el calor del Sol en el mes de junio y julio. Manteneos cerca de vuestro vaso y ver�is cosas que os sorprender�n. En menos de tres horas vuestra materia se pondr� negra, blanca y anaranjada; los vapores penetrar�n en el cuerpo y el esp�ritu quedar� fijado. La mezcla se volver� entonces como leche penetrante y fundente. Ese es el secreto escondido.
Aros tomando la palabra dijo: -No podr�a creer que eso se hiciera de tal manera.
-He aqu� algo mucho m�s admirable -dijo Mar�a- y que no ha sido conocido por los Antiguos, antes de Hermes, quien nunca se lo ha imbuido en el esp�ritu. Tomad hierba blanca, clara, honrada, de la que crece en las peque�as Monta�as; moledla cuando est� fresca, como est� en su momento determinado, pues en ella est� el verdadero cuerpo que no se evapora ni se esfuma con el fuego.
-�No es eso la piedra de la verdad de que habl�is? -dijo Aros.
-S�, Aros, lo es -repuso Mar�a-, pero los hombres no conocen su r�gimen porque tienen mucha prisa y quieren hacer la obra muy pronto.
-�Qu� queda por hacer despu�s de esto? -dijo Aros.
-Es preciso -le dijo Mar�a- rectificar sobre este cuerpo a Kibrick y Zubeth, o sea a los dos vapores que comprenden y que abrazan a las dos luminarias, y colocar encima lo que les ablanda que es lo que cumple a las tinturas y esp�ritus, y el verdadero peso de la ciencia. Despu�s habiendo molido todo hay que ponerlo al fuego donde se ver�n cosas admirables. Por lo dem�s, todo el r�gimen consiste en saber hacer el fuego moderado. Despu�s de lo cual ser� cosa sorprendente ver c�mo en menos de una hora, esta composici�n pasar� de un color a otro, hasta que llegue al rojo y al blanco perfecto. Es preciso entonces deshacer el fuego, abrir el vaso, y cuando se enfr�e, se hallar� el cuerpo claro y brillante como una perla del color de la dormidera entremezclada de blanco. Entonces estar� fundente y penetrante y un peso de este cuerpo sobrepasar� mil doscientos al del metal imperfecto y los convertir� en oro. He aqu� el secreto escondido.
Aqu� Aros se tiende de rodillas con el rostro contra el suelo; Mar�a le dice: -Levantaos, Aros, voy a abreviaros la obra. Tomad el cuerpo claro cogido de las Monta�as peque�as y que no se hace por la putrefacci�n, sino con el solo movimiento. Moled ese cuerpo con la goma Elzaron y los dos vapores. La goma Elzaron es el cuerpo que agarra y que coge al esp�ritu, moledlo todo y acercadlo al fuego, entonces se fundir� todo y si lo proyect�is sobre su mujer la totalidad se pondr� como el Agua que se destila y se congelar� al aire y s�lo ser� ya un cuerpo. Pero si lo proyect�is sobre los cuerpos imperfectos ver�is maravillas. Ah� est� el secreto escondido de la ciencia. Hab�is de saber que los dos vapores de que acabo de hablar son las ra�ces de este arte y son el Kibrick blanco y la cal h�meda a quien los fil�sofos han dado toda clase de nombres. Pero el cuerpo fijo viene del coraz�n de Saturno que comprende la tintura y que perfecciona la obra de la sabidur�a. El cuerpo que se obtiene de las peque�as monta�as es claro y blanco; ah� residen las Medicinas o las dos materias de ese Arte, de las cuales, una se compra y la otra se toma de las peque�as monta�as. Os advierto, Aros, que los sabios les han llamado la obra de la Filosof�a, debido a que la ciencia no puede perfeccionarse sin estas cosas y es en ellas donde se realizan todas estas maravillas del Arte; pues intervienen aqu� cuatro piedras y su r�gimen es verdadero, como ya he dicho.
"Y Hermes ha hecho diversas alegor�as sobre esto en sus libros. Los fil�sofos siempre han prolongado su r�gimen diciendo que se necesita m�s tiempo para hacerlo que lo que en realidad precisa; e incluso han dicho que hab�a que hacer operaciones que no son necesarias, y siempre han dicho que se necesitaba un a�o para su Magisterio. Lo que no han hecho, m�s que por ocultarlo al pueblo ignorante, haci�ndoles creer que su obra no puede ser totalmente realizada mas que tras un a�o. Tambi�n esto es un gran secreto y s�lo Dios puede revelarlo; los que han o�do hablar de ello no pueden realizar las experiencias porque nada saben.
"�Me hab�is entendido, Aros?
-Si, se�ora -dijo �l-. Pero os ruego me dig�is en que consiste ese vaso sin el cual es imposible.
-Ese vaso -dijo Mar�a-, es el vaso de Hermes, oculto por los Fil�sofos y que los ignorantes no podr�n comprender, pues es la medida del fuego filos�fico.
Aros dijo entonces: -Oh profetisa, decidme, os ruego, si hab�is encontrado en los libros de los Fil�sofos, que fuera posible hacer la obra de un solo Cuerpo.
-S� -dijo ella-, pero Hermes nada ha dicho, porque la ra�z de la ciencia es un veneno que mortifica todo el cuerpo, que lo reduce a polvo y que coagula el Mercurio con su olor. Os prometo por Dios Vivo, que cuando ese veneno se disuelva en un agua sutil, sea como fuere hecha la disoluci�n, coagular� el Mercurio en Luna verdadera, a toda prueba. Y si se proyecta sobre J�piter lo transforma en Luna. Adem�s, os dir� que la Ciencia se halla en todos los cuerpos; pero los fil�sofos no han querido decir nada debido a la brevedad de la vida y de lo largo de la Obra. Ellos lo han encontrado con m�s facilidad, en la materia que con m�s evidencia contiene los Cuatro Elementos; y han multiplicado y oscurecido esta materia con diversos nombres que le han dado. No es que todos los fil�sofos hayan hablado de todo lo que es necesario para hacer la Obra (excepto del vaso de Hermes), porque es cosa divina y Dios quiere que sea desconocido de los gentiles e id�latras. Es tan necesario ese vaso para el Magisterio que los que no lo conocen nunca sabr�n su verdadero r�gimen.

FINAL