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Alchemical material in SpanishThese translations of various alchemical pieces into Spanish have been donated by Santiago Jubany, who publishes various alchemical and related books under the name Ediciones Indigo.Back to alchemical texts in Spanish . Back to reference library . ROSARIUM ABBREVIATUM An�nimo Manuscrito antiqu�simo de un desconocido. Advierte, estimado lector, que lo que sigue es algo muy aut�ntico para toda persona inteligente. El primer preparado y fundamento del arte consiste en la Disoluci�n, es decir, la reducci�n del cuerpo a agua, o sea, a mercurio. A esto lo llamaron Disoluci�n diciendo: disolved todo lo que est� oculto en el cuerpo de la magnesia a fin de reducirlo a su materia prima, de modo que se convierta en azufre y mercurio, que no sea retornado al agua. Nuestra Disoluci�n no es otra cosa sino que el cuerpo retorne al estado l�quido, y que la substancia se disuelva hacia la naturaleza del mercurio, y que la salinidad del azufre sea disminu�da por los suyos, a fin de que aparezca el azufre divino, una vez substra�do de los dos azufres, cuando el esp�ritu se antepone al cuerpo. El segundo preparado tiene lugar cuando el agua se transforma en cuerpo, ya que uno no se disuelve si no se coagula el otro, porque el cuerpo, tras absorver el mercurio, lo coagula y es coagulado por �ste, convirti�ndose as� en tierra. Esta es la m�xima del procedimiento, sobre la cual dicen los Fil�sofos: el agua es engendrada de la tierra, porque el agua se convierte en tierra cuando es vencida por las cualidades de la tierra, y la tierra se convierte en agua cuando es vencida por las cualidades del agua; h�gase pues la disoluci�n del cuerpo y la coagulaci�n del esp�ritu de manera que tengan lugar en una sola operaci�n, y h�gase un solo bronce, al que nada m�s se a�ada del exterior, excepto lo que en una preparaci�n rebosante se quite con los instrumentos. Tercer preparado: La tierra se ara y se riega, y la se�al de Dios es representada en el fuego y en el agua, y �sta es la tercera m�xima de esta obra, tal y como dicen los Fil�sofos: La tierra se pudre con el agua y es purificada, entonces, con ayuda de Dios y acabado el magisterio, continua limitadamente, ya que la tierra no germina sin riego frecuente ni sin previo desarrollo. Esto lo saben tanto las mujeres como los ni�os, sus semillas y sus frutos son conducidos hacia la perfecci�n en el huerto. Por eso los Fil�sofos dijeron: El trabajo de la naturaleza no es sino cosa de mujeres y juego de ni�os. Por eso el cuerpo es tantas veces embebido como desecado, de forma sucesiva, porque se ha de aplicar un peso a todo peso, una medida a toda medida y una obra a toda obra. Y ahora se sigue la perfecta putrefacci�n de los Fil�sofos, y la putrefacci�n de �stos no es sino la destrucci�n de lo h�medo con lo seco, dado que la humedad s�lo es alejada por la sequedad y aunque el frio h�medo rechace al fuego, sin embargo es retenido por lo seco, pues las cosas pesadas no pueden ascender sin la ayuda de las ligeras, ni las ligeras pueden precipitarse sin la ayuda de las pesadas, de no ser con un escorpi�n (ariete). Cuarto preparado: La Naturaleza se complace con la Naturaleza, ya que con ella se regocija; la Naturaleza vence a la Naturaleza porque la persigue y la abarca, y la obra es llevada a cabo por voluntad de Dios. Esta es la cuarta m�xima de la obra, de la cual hablan los Fil�sofos, y que puede ser denominada Sublimaci�n o Adopci�n. El agua misma se transforma en agua de bronce, tan pronto como es espesada y solidificada con tierra y esto es por la interposici�n, por supuesto, de su naturaleza cercana; por esta raz�n, la Naturaleza se complace con la Naturaleza y se regocija, ya que la retenci�n de s� misma es su cercan�a. Tan grande es la cercan�a entre la Naturaleza y la Naturaleza, como lo es entre el diamante y el hierro, e incluso a�n mayor dado que en or�gen son una s�lo y no diversas, as� como por sus cualidades, pues el esp�ritu es la destrucci�n del cuerpo de la otra, con una muerte imperceptible, y por eso la Naturaleza vence a la Naturaleza destruyendo y vivificando sin duda a los cuerpos, porque de ello mismo fue en or�gen y hacia esto es convertido, aumentado y multiplicado, y Dios extrae varios a partir de uno solo; por eso, la Naturaleza contiene a la Naturaleza, y persigue a la Naturaleza y es perfeccionada. Quinto preparado: Nuestro esp�ritu es delator de las virtudes del alma porque nuestro bronce, como el hombre, tiene esp�ritu, cuerpo y alma. Esta es la quinta m�xima de nuestra obra, sobre la cual dicen los Fil�sofos: ciertamente, su esp�ritu es agua, su alma es tintura, su cuerpo es tierra y el esp�ritu es esp�ritu, y as� como el cuerpo es la atadura del alma misma, tambi�n el cuerpo es algo seco y fijo, reteniendo al esp�ritu y al alma. El esp�ritu, por consiguiente, penetra al cuerpo y el cuerpo fija al esp�ritu, el alma une, purifica, blanquea y ti�e. Sexto preparado: Se var�a y se cambia de un color a otro hasta que llega al objetivo del blanqueo y del enrojecimiento, sobre lo cual dicen los Fil�sofos: muchas veces amarillea y muchas veces ennegrace, muchas veces se seca y se lic�a. Fijate que la Piedra Filosofal est� compuesta de dos naturalezas, una h�meda y la otra seca, y cuando son cocidas se convierten en una sola, ya que ni una ni otra se abandonan mutuamente y se las llama una sola naturaleza; mientras perdure la humedad ennegrece, pues el calor actuando con lo h�medo genera primeramente la negrura, y con lo seco genera la blancura, y en lo blanco genera lo amarillento tal y como aparece en el plomo cuando hacemos minio. Date cuenta de que nuestra piedra es vinagre muy agrio (Acetum Acerrimum) con lo cual debe tomarse la m�xima precauci�n para que no se convierta en humo a causa de un fuego excesivo y destruya la operaci�n. La negrura se pierde, ya que una vez que la tierra es secada y blanqueada, al sobrevenir la sequedad se lleva consigo su r�gimen y el humo penetra en su cuerpo y el esp�ritu es retenido por lo seco; entonces cesar� la negrura descubriendo lo deformado, y se hace blanco, brillante, claro; entonces se casa a la mujer blanca con el marido rojo, luego lo recibe a �l y lo abraza y entonces el rey coronado con la diadema clama: "Yo soy el hijo blanco, negro y rojo, y soy el hijo de la blancura y el hombre del cambio", y por eso dicen los Fil�sofos: Cocedlos hasta que se vuelvan negros, luego blancos, despu�s amarillos y luego, ti��ndolos, se vuelvan elixir (Venenum), ya que cuanto m�s se cuezan m�s se secar�n y m�s se blanquear�n. En tercer lugar, cuanto m�s sean cocidos m�s se enrojecer�n, hasta que se concluya. En la Disoluci�n el fuego ha de ser lento, en la Sublimaci�n medio, en la Coagulaci�n moderado, en el blanqueo cont�nuo y en el enrojecimiento fuerte. Aquel que se equivoque, a causa de su ignorancia en este tipo de cosas, deplorar� este error muy a menudo; por tanto, la substancia cuya cabeza es roja, los pies blancos y los ojos negros es el magisterio. Si el tri�ngulo es completado en el cuadrado, entonces la piedra es dignificada con honor. S�ptimo preparado: La piedra bendita es multiplicada y perfeccionada cuando la totalidad de lo fijo sea fijado con ella hasta que fluya, y por eso los Fil�sofos dijeron: Despu�s de que, mediante la sublimaci�n, hagas vol�til la piedra ya fija, uniendo filos�ficamente por las cantidades m�s peque�as para que todo lo sutil se eleve en los vasos, luego f�jala, y si esto no sucede a�adele cierta cantidad de parte no fija, para que el total de lo vol�til revase al total de lo fijo hasta que baste para que ella misma se eleve, puesto que si vence la totalidad de lo fijo, volar� y si no lo vence huir� con la substancia. Por consiguiente, que se repita la operaci�n con lo que haya sido elevado una y otra vez en su totalidad, hasta que todo sea fijado a trav�s de esta sublimaci�n y solidificaci�n, pero cuando todo haya sido fijado entonces repite la parte de lo no fijo y embebee antes la m�xima cantidad que se pueda, mediante el procedimiento que ya conoces, hasta que sea todo elevado. Por �ltimo se vuelve a fijar hasta que la fusi�n se presente ligera como la cera y sea alterada por el complemento Sol�fico y Lun�fico. As�, de cuanto hayas preparado mediante la repetici�n de �l mismo, resultar�n por multiplicaci�n, tantos grados de cambio y cualidad, de modo que cada uno de los cuerpos imperfectos y el propio mercurio, se transforme eternamente en aut�ntico Lun�fico y Sol�fico. Y por eso, concluyendo, los Fil�sofos deben aguardar cerca del vaso y observar las maravillas que tienen lugar cuando se transmuta de un color a otro mejor, hasta que llegue al objetivo del blanqueo y del enrojecimiento. As� pues, toda la direcci�n en el r�gimen de esta obra est� en la moderaci�n del fuego. A partir de aqu�, apaga el fuego y deja que se enfr�e, y encontrar�s la piedra, un cuerpo semejante a una perla (margalitale) del color de la amapola silvestre, y esta substancia es enceradora, licuante y penetrante, y una libra se corresponde con cada mil millares y doscientos mil, conviertiendo cont�nuamente todo el cuerpo en �ptimo oro o plata, seg�n sea la propiedad del elixir. Este espec�fico se lic�a muy rapidamente con el fuego y se solidifica con el aire, ya que el humo, al percibir el aire, penetrar� en el cuerpo y el esp�ritu ser� retenido por lo seco, y se forma un solo cuerpo fijo como si fuera elixir y fermento, incorruptible mientras el mundo se mantenga en pie. En conclusi�n, date cuenta de que el mercurio, el plomo, el bronce, el minio, el azufre, no son los vulgares, sino que nuestro azufre es azufre divino, extra�do de los dos azufres, lo cual se denomina, azufre de azufre y mercurio de mercurio, llamado por los Fil�sofos vinagre muy agrio, y estos dos, a saber, azufre y mercurio real y esencialmente en dicho vinagre, y esto es, en la anteriormente citada humedad de nuestra piedra hay una �nica naturaleza de la piedra misma. Conteniendo, de esta forma, al aut�ntico oro, plata, plomo, minio y bronce, y est�n en el cuerpo f�sico vulgar, cuyo nombre propio encontrar�s en las siete proposiciones, y que alabe a Dios. Explicit Rosarium abbreviatum ignoti. FINAL |