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Alchemical material in SpanishThese translations of various alchemical pieces into Spanish have been donated by Santiago Jubany, who publishes various alchemical and related books under the name Ediciones Indigo.Back to alchemical texts in Spanish . Back to reference library . TABLA DE ESMERALDA DE JOHANN FRIEDRICH VON MEYER 27 DE MAYO DE 1801 copia literal de la Kabala, un manuscrito del nombre L.S. 12/13 de junio, 1801 conjunto de la doctrina de mi muy venerable maestro... La materia gris y sombr�a tambi�n es buena. Operaciones: 1. Calcinaci�n. 2. Lixivaci�n. 3. Destilaci�n. 4. Exposici�n. 5. Destilaci�n 6. Cohobaci�n por potencia divina. 7. Separaci�n. 8. Purificaci�n 9. Composici�n. 10. Multiplicaci�n. Los fil�sofos no han seguido una sola y �nica v�a. Algunos no han excluido que se pudiera obtener la materia de la Obra por la v�a m�s corta, la caleinaci�n; por ello han debido efectuar m�s disoluciones por la v�a h�meda. Nosotros no tenemos ninguna necesidad de aquella calcinaci�n si hemos, por medio de la verdadera calcinaci�n, preparado y dispuesto la materia bruta de tal manera que ella se disuelva ba��ndose en sus propios v�nculos naturales y que pueda producir la Tierra sagrada, y con ella, sucesivamente, el Mercurio y el Azufre incombustible. Si est�is conmigo podr�is constatar esto con vuestros propios ojos y persuadiros completamente. Para serviros de gu�a en esta lectura es necesario que teng�is constantemente presentes en el esp�ritu las leyes generales de los fil�sofos. Por ello no os hab�is de dejar, jam�s, enga�ar por el sentido confuso de las palabras: que en tal lugar est�n los t�rminos Calcinaci�n, Putrefacci�n, Sublimaci�n, Rectificaci�n o cualquier otro vocablo, esto os ha de ser igual; a partir del contexto, o a partir de las leyes generales y las operaciones de las que he indicado el orden, os es preciso reconocer, y saber, de que operaci�n se trata y qu� termino deber�a ser, en verdad, empleado all�. E1 famoso Caput mortuum tiene numerosas acepciones Tan pronto se llama as� a la materia calcinada, como a la tierra purificada incluso a la Tierra sagrada. A decir verdad, esta designaci�n no puede ser aplicada mas que al residuo que subsiste despu�s de la destilaci�n, despu�s de que la Tierra sagrada haya sido fecundada por el esp�ritu que sabemos y que ya no se puede hacerla m�s vol�til Pues aunque algunos digan que Venus se encuentra all� prisionera como un Vitriolo verde en una tierra marcializada y aunque otros la llamen Sal fija de la sabidur�a, lo hacen con el prop�sito de desencaminar a los operadores indignos con objeto de que el Arte permanezca oculto. Los m�s sinceros tambi�n a�aden que esa Sal o Cuerpo de Vitriolo, no concierne a la materia de nuestra Obra y que muchos no han sabido obtener la Sal de los sabios porque no han reconocido las cualidades espec�ficas de Marte y de Venus tomando a uno por el otro. E1 t�rmino de Sabidur�a empleado aqu� es una advertencia muy pertinente a no dejarse enga�ar. Yo no tengo el Clauder mano para explicar el pasaje que a ello se refiere. Pero es necesario, sin ninguna duda ver all� la prueba de que una sola destilaci�n no basta para disolver toda la Tierra sagrada y en recoger todo el Azufre y todo el Mercurio que en ella se encuentran. Finalmente los dos han de pasar al estado de vapor blanco y rojo All� debajo, una vez uno y el otro especialmente purificados y rectificados al m�ximo, conviene reunirlos en el horno filos�fico para que se putrifiquen. Si pod�is obtener un Lixivium de bellos colores a partir de la materia calcinada, pod�is estar seguros de haber hecho convenientemente ese primer paso que los fil�sofos describen de una manera muy velada o pasan completamente en silencio, y del que depende, sin embargo, todo el resto. Yo voy a indicaros aqu� un procedimiento que es indispensable a la primera operaci�n; sigui�ndolo tendr�is la convicci�n de que no hay en el mundo otra v�a posible y que esta que yo desvelo es la �nica. 1. Tomad de 6 a 8 onzas de nuestra materia, tal como se la puede encontrar en la tierra, fresca y h�meda, sin que la lluvia se haya estancado en ella. Reducidla a polvo y extraed la Humedad radical. Guardadla preciosamente; tiene un olor de azufre quemado a las esencias t�nicas. 2. La tierra debe permanecer en la cornuda una o dos horas al fuego aunque de ella ya no se escape ni una gota. Una vez enfriada, se la retira. Pero antes del enfriamiento total es preciso apartar la parte anterior del vaso y cerrarla bien a fin de que la tierra magn�tica no atraiga hacia ella ni su humedad radical ni la humedad del aire 3. Se calcina entonces, hasta la incandescencia, la tierra que queda en una paella de hierro o en un crisol, primero a fuego moderado, luego m�s fuerte, a fin de eliminar todas las impurezas sulfurosas combustibles. Por m�s tiempo que se la haya llevado a la incandescencia en la cornuda, siempre subsiste alguna humedad de la que es necesarlo desembarazarla completamente. Por eso, despu�s de la calcinaci�n, hay que aumentar progresivamente el fuego a fin de que la materia no se vitrifique en su totalidad o en parte. Este es el grado de calcinaci�n como para hacer la malta, que m�s importa. Siempre se tendr� cuenta de ello procediendo a muchos ensayos. 4. A continuaci�n se reduce la tierra a polvo en un mortero de piedra o de vidrio y se lava con agua de lluvia o simplemente con agua de un pozo. Aqu� se obtiene un lixivium turbio del color de la tierra, pero mostrando ya alguna blancura. Cuando ya se ha hecho digerir la tierra durante 24 horas a temperatura moderada con la ayuda de �ste removiendo muchas veces, se pone, cuando las partes m�s groseras han sedimentado, en una cornuda para que se seque por filtraje y que el agua salga hasta obtener un secado completo. 5. Se reduce nuevamente a polvo la tierra restante y se la lava de nuevo con agua de lluvia. De vez en cuando se obtiene ya un Lixivium de un bello (color) amarillo claro: si no lo es y aparece turbio como la primera vez se procede de nuevo como en el punto 4 6. Se reduce de nuevo el producto restante y se lava como anteriormente lo cual permite obtener ese Lixivium bien claro y de un bello (color) amarillo nuestro Vino o Vinagre. 7. Se retira de la cornuda las lixivia amarillo claro y l�mpidas y se las filtra Lo restante aparece entonces tan pronto blanco-rojizo, como blanco, como moreno: tanto uno como otro color vale. siempre y cuando tenga un sabor salado. 8. Este producto resultante no es voluminoso pero su acci�n es grande. Se le roc�a todav�a con Humedad radical se lo disuelve y se obtiene una soluci�n comparable al m�s bello vino de M�laga, aunque m�s rojizo. Este es nuestro Vino verdadero o Vinagre de vino muy fuerte, por m�s que todav�a se le haya de fortalecer m�s. 9. E1 producto restante, cuando se lo filtra de nuevo, ha de ser moreno como el caf� y ha de licuarse f�cilmente al aire. Henos aqu� en el umbral de la Gran Obra y nosotros tenemos todos los materiales a mano para construir este gran edificio. Notad lo mejor que pod�is las leyes y principios generales que es necesario seguir aqui: A. Nuestra Obra es f�cil, un juego de ni�o, un trabajo de mujer, pero infinitamente dif�cil de descubrir. B. Es preciso seguir la naturaleza evitar todo exceso; entonces ella misma nos conduce y nos muestra la marcha a seguir. C. Todo se hace a partir de la unidad. 10. Sal, aceite, vinagre y centenares de otras denominaciones se reducen a una sola y �nica cosa. Hay una cosa �nica que constantemente hay que disolver y coagular y a la que no hay que dejar nada extra�o. Eso es precisamente la v�a f�cil, el trabajo de mujer, el juego de ni�o. 11. La tierra moreno-caf� finalmente obtenida debe impregnarse del esp�ritu celeste y adquirir la fuerza que Todo lo opera, que pone ante nuestros ojos al Mercurio y al Azufre reunidos y que les da el poder de separarse finalmente uno de otro. 12. Para atraer el Esp�ritu no es necesaria la intervenci�n del Artista, se hace por si misma en la calma de la noche o en una bodega fresca. Pero hay que evitar cuidadosamente todo rayo del d�a o del sol, de lo contrario lo esencial del esp�ritu se apresurar�a en retornar a su origen, se evaporar�a y se perder�a. 13. Para obtener finalmente, a partir de esta Tierra sagrada fecundada, simult�neamente Azufre y Mercurio o hacerlos pasar de un estado al otro existe un tour de main (truco) oculto; all� est� el mas grande secreto y raramente alguno lo ha revelado, no obstante la cosa podr�a ser conocida a partir de la qu�mica vulgar. Yo dir�a m�s: aquel que opera con las manos sucias caer� y no recoger� ning�n fruto aun cuando conociera sin error las m�s delicadas operaciones. 14. Ante todo, hay que pensar constantemente en temperar lo m�s posible el fuego externo y en limpiar muy cuidadosamente sus recipientes. M�s vale trabajar algunos d�as m�s que ver como se pierden en unos instantes los esfuerzos de muchas semanas. 15. Se pone esta tierra sagrada fecundada en una cornuda y se atrae hacia la embocadura el Esp�ritu que est� en ella. Son necesarios poque�os instrumentos porque la masa de materia es con frecuencia reducida alguna cantidad que uno se haya esforzado en obtener. FINAL TABLA DE ESMERALDA DE JOHANN FRIEDRICH VON MEYER 27 DE MAYO DE 1801 copia literal de la Kabala, un manuscrito del nombre L.S. 12/13 de junio, 1801 conjunto de la doctrina de mi muy venerable maestro... La materia gris y sombr�a tambi�n es buena. Operaciones: 1. Calcinaci�n. 2. Lixivaci�n. 3. Destilaci�n. 4. Exposici�n. 5. Destilaci�n 6. Cohobaci�n por potencia divina. 7. Separaci�n. 8. Purificaci�n 9. Composici�n. 10. Multiplicaci�n. Los fil�sofos no han seguido una sola y �nica v�a. Algunos no han excluido que se pudiera obtener la materia de la Obra por la v�a m�s corta, la caleinaci�n; por ello han debido efectuar m�s disoluciones por la v�a h�meda. Nosotros no tenemos ninguna necesidad de aquella calcinaci�n si hemos, por medio de la verdadera calcinaci�n, preparado y dispuesto la materia bruta de tal manera que ella se disuelva ba��ndose en sus propios v�nculos naturales y que pueda producir la Tierra sagrada, y con ella, sucesivamente, el Mercurio y el Azufre incombustible. Si est�is conmigo podr�is constatar esto con vuestros propios ojos y persuadiros completamente. Para serviros de gu�a en esta lectura es necesario que teng�is constantemente presentes en el esp�ritu las leyes generales de los fil�sofos. Por ello no os hab�is de dejar, jam�s, enga�ar por el sentido confuso de las palabras: que en tal lugar est�n los t�rminos Calcinaci�n, Putrefacci�n, Sublimaci�n, Rectificaci�n o cualquier otro vocablo, esto os ha de ser igual; a partir del contexto, o a partir de las leyes generales y las operaciones de las que he indicado el orden, os es preciso reconocer, y saber, de que operaci�n se trata y qu� termino deber�a ser, en verdad, empleado all�. E1 famoso Caput mortuum tiene numerosas acepciones Tan pronto se llama as� a la materia calcinada, como a la tierra purificada incluso a la Tierra sagrada. A decir verdad, esta designaci�n no puede ser aplicada mas que al residuo que subsiste despu�s de la destilaci�n, despu�s de que la Tierra sagrada haya sido fecundada por el esp�ritu que sabemos y que ya no se puede hacerla m�s vol�til Pues aunque algunos digan que Venus se encuentra all� prisionera como un Vitriolo verde en una tierra marcializada y aunque otros la llamen Sal fija de la sabidur�a, lo hacen con el prop�sito de desencaminar a los operadores indignos con objeto de que el Arte permanezca oculto. Los m�s sinceros tambi�n a�aden que esa Sal o Cuerpo de Vitriolo, no concierne a la materia de nuestra Obra y que muchos no han sabido obtener la Sal de los sabios porque no han reconocido las cualidades espec�ficas de Marte y de Venus tomando a uno por el otro. E1 t�rmino de Sabidur�a empleado aqu� es una advertencia muy pertinente a no dejarse enga�ar. Yo no tengo el Clauder mano para explicar el pasaje que a ello se refiere. Pero es necesario, sin ninguna duda ver all� la prueba de que una sola destilaci�n no basta para disolver toda la Tierra sagrada y en recoger todo el Azufre y todo el Mercurio que en ella se encuentran. Finalmente los dos han de pasar al estado de vapor blanco y rojo All� debajo, una vez uno y el otro especialmente purificados y rectificados al m�ximo, conviene reunirlos en el horno filos�fico para que se putrifiquen. Si pod�is obtener un Lixivium de bellos colores a partir de la materia calcinada, pod�is estar seguros de haber hecho convenientemente ese primer paso que los fil�sofos describen de una manera muy velada o pasan completamente en silencio, y del que depende, sin embargo, todo el resto. Yo voy a indicaros aqu� un procedimiento que es indispensable a la primera operaci�n; sigui�ndolo tendr�is la convicci�n de que no hay en el mundo otra v�a posible y que esta que yo desvelo es la �nica. 1. Tomad de 6 a 8 onzas de nuestra materia, tal como se la puede encontrar en la tierra, fresca y h�meda, sin que la lluvia se haya estancado en ella. Reducidla a polvo y extraed la Humedad radical. Guardadla preciosamente; tiene un olor de azufre quemado a las esencias t�nicas. 2. La tierra debe permanecer en la cornuda una o dos horas al fuego aunque de ella ya no se escape ni una gota. Una vez enfriada, se la retira. Pero antes del enfriamiento total es preciso apartar la parte anterior del vaso y cerrarla bien a fin de que la tierra magn�tica no atraiga hacia ella ni su humedad radical ni la humedad del aire 3. Se calcina entonces, hasta la incandescencia, la tierra que queda en una paella de hierro o en un crisol, primero a fuego moderado, luego m�s fuerte, a fin de eliminar todas las impurezas sulfurosas combustibles. Por m�s tiempo que se la haya llevado a la incandescencia en la cornuda, siempre subsiste alguna humedad de la que es necesarlo desembarazarla completamente. Por eso, despu�s de la calcinaci�n, hay que aumentar progresivamente el fuego a fin de que la materia no se vitrifique en su totalidad o en parte. Este es el grado de calcinaci�n como para hacer la malta, que m�s importa. Siempre se tendr� cuenta de ello procediendo a muchos ensayos. 4. A continuaci�n se reduce la tierra a polvo en un mortero de piedra o de vidrio y se lava con agua de lluvia o simplemente con agua de un pozo. Aqu� se obtiene un lixivium turbio del color de la tierra, pero mostrando ya alguna blancura. Cuando ya se ha hecho digerir la tierra durante 24 horas a temperatura moderada con la ayuda de �ste removiendo muchas veces, se pone, cuando las partes m�s groseras han sedimentado, en una cornuda para que se seque por filtraje y que el agua salga hasta obtener un secado completo. 5. Se reduce nuevamente a polvo la tierra restante y se la lava de nuevo con agua de lluvia. De vez en cuando se obtiene ya un Lixivium de un bello (color) amarillo claro: si no lo es y aparece turbio como la primera vez se procede de nuevo como en el punto 4 6. Se reduce de nuevo el producto restante y se lava como anteriormente lo cual permite obtener ese Lixivium bien claro y de un bello (color) amarillo nuestro Vino o Vinagre. 7. Se retira de la cornuda las lixivia amarillo claro y l�mpidas y se las filtra Lo restante aparece entonces tan pronto blanco-rojizo, como blanco, como moreno: tanto uno como otro color vale. siempre y cuando tenga un sabor salado. 8. Este producto resultante no es voluminoso pero su acci�n es grande. Se le roc�a todav�a con Humedad radical se lo disuelve y se obtiene una soluci�n comparable al m�s bello vino de M�laga, aunque m�s rojizo. Este es nuestro Vino verdadero o Vinagre de vino muy fuerte, por m�s que todav�a se le haya de fortalecer m�s. 9. E1 producto restante, cuando se lo filtra de nuevo, ha de ser moreno como el caf� y ha de licuarse f�cilmente al aire. Henos aqu� en el umbral de la Gran Obra y nosotros tenemos todos los materiales a mano para construir este gran edificio. Notad lo mejor que pod�is las leyes y principios generales que es necesario seguir aqui: A. Nuestra Obra es f�cil, un juego de ni�o, un trabajo de mujer, pero infinitamente dif�cil de descubrir. B. Es preciso seguir la naturaleza evitar todo exceso; entonces ella misma nos conduce y nos muestra la marcha a seguir. C. Todo se hace a partir de la unidad. 10. Sal, aceite, vinagre y centenares de otras denominaciones se reducen a una sola y �nica cosa. Hay una cosa �nica que constantemente hay que disolver y coagular y a la que no hay que dejar nada extra�o. Eso es precisamente la v�a f�cil, el trabajo de mujer, el juego de ni�o. 11. La tierra moreno-caf� finalmente obtenida debe impregnarse del esp�ritu celeste y adquirir la fuerza que Todo lo opera, que pone ante nuestros ojos al Mercurio y al Azufre reunidos y que les da el poder de separarse finalmente uno de otro. 12. Para atraer el Esp�ritu no es necesaria la intervenci�n del Artista, se hace por si misma en la calma de la noche o en una bodega fresca. Pero hay que evitar cuidadosamente todo rayo del d�a o del sol, de lo contrario lo esencial del esp�ritu se apresurar�a en retornar a su origen, se evaporar�a y se perder�a. 13. Para obtener finalmente, a partir de esta Tierra sagrada fecundada, simult�neamente Azufre y Mercurio o hacerlos pasar de un estado al otro existe un tour de main (truco) oculto; all� est� el mas grande secreto y raramente alguno lo ha revelado, no obstante la cosa podr�a ser conocida a partir de la qu�mica vulgar. Yo dir�a m�s: aquel que opera con las manos sucias caer� y no recoger� ning�n fruto aun cuando conociera sin error las m�s delicadas operaciones. 14. Ante todo, hay que pensar constantemente en temperar lo m�s posible el fuego externo y en limpiar muy cuidadosamente sus recipientes. M�s vale trabajar algunos d�as m�s que ver como se pierden en unos instantes los esfuerzos de muchas semanas. 15. Se pone esta tierra sagrada fecundada en una cornuda y se atrae hacia la embocadura el Esp�ritu que est� en ella. Son necesarios poque�os instrumentos porque la masa de materia es con frecuencia reducida alguna cantidad que uno se haya esforzado en obtener. FINAL |